LA EMPRESA Y EL ENTORNO ECONÓMICO CAMBIANTE

 LA EMPRESA Y EL ENTORNO ECONÓMICO CAMBIANTE


Si hay una certeza en el mundo económico es que nada permanece constante. Hacia el año 500 a C. el filósofo griego Heráclito de Éfeso afirmaba que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río porque cambian tanto el río como la persona. A veces el cambio es lento, en otras ocasiones se acelera, pero siempre continúa su marcha. No se detiene. 

Lo mismo sucede en el ámbito económico, y la constatación de esta realidad obliga a las empresas a un continuo esfuerzo de adaptación a ese entorno cambiante. Heinrich Claus escribió (consultar bibliografía) un libro sobre este tema: Adapt or die. ¿En qué afecta hoy en día dicha evolución a la empresa? ¿A qué líneas maestras de cambio debe atenerse? Entre otros aspectos cabe citar los siguientes:

Unos ejemplos aclaratorios. 

1. El gerente de la empresa decide disminuir el stock porque hay demasiado capital invertido (número de productos cada vez mayor) en los almacenes de la compañía: almacén central y delegaciones. ¿Qué hacer? 
  • Es un problema que afecta a producción y/o compras: series más pequeñas, compras para menor período de tiempo.
  • Afecta a transporte: frecuencia de servicio a delegaciones, tipo de camión, surtido en el viaje, etc. ¿Y la gestión del stock? ¿Cómo se repone? ¿Punto de pedido y cantidad a pedir?, ¿Reposición por consumos...? 
  • ¿Y la gestión del almacén? Si es una red de distribución escalonada, almacén central y delegaciones, ¿reposición tipo push o pull? ¿Qué sistema SGA interesa? Habrá que analizar la frecuencia de reposición, el período de cobertura. ¿Y si es distribución directa?... 
  • Cada departamento implicado pretende maximizar su output: finanzas, producción, almacén... Pero sus intereses son muchas veces contrapuestos. Comercial desea un buen servicio al cliente y que no falte de nada; Almacén debe cuidar la obsolescencia de los productos y su rotación así como el aumento de la productividad; Aprovisionamiento desea grandes volúmenes de compra para obtener rappels; Finanzas no desea inmovilizar dinero en stock; Producción desea pocas series y que sean largas. Es necesario llegar a una solución de compromiso, trade off, ya que el óptimo global no se logra, o no se puede lograr, a partir del óptimo de cada subsector. El óptimo global es más que la suma de los óptimos parciales que, por otra parte, no pueden simultanearse. Y aquí entra en juego la logística. Es preciso una visión global, una totalización aunque en la práctica haya que bajar al terreno concreto. 
2. Supongamos que es una empresa comercializadora, trading puro sin fabricación: comprar y vender. Los almacenes se le han quedado pequeños y no puede crecer porque está en la bajera de un inmueble: quejas de los vecinos, falta de espacio, dificultades para el transporte, horarios restringidos de carga y descarga… Pero la empresa debe evolucionar porque o crece o se apaga: “camarón que no nada se lo lleva la corriente”, se dice en Sudamérica. Y ahora, ¿qué hacer? ¿Migra a un polígono industrial construyendo nuevos almacenes siguiendo con personal propio? ¿Transfiere el almacenaje, picking y distribución a un operador logístico? En definitiva, es preciso echar números y ver calidades de servicio, además de temas jurídicos, filosofías de empresa y una serie de ítems. La conclusión depende de factores económicos, humanos, calidad de servicio… La logística tiene mucho que decir. 


3. Una última situación. Supongamos que la empresa tiene delegaciones con almacén propio en muchas capitales de provincia. Un sistema de distribución, hoy en día, lento y caro aunque válido anteriormente. Los tiempos han cambiado: carreteras, camiones, número de productos a comercializar, caducidad de los mismos, globalización de mercados, Internet, informática, GPS, e-mail, B2B, B2C, teléfonos móviles... Surgen diversas alternativas como concentrar delegaciones, distribución en plataforma, transferir el almacenaje y la distribución a un operador logístico... 

Opción elegida: prueba piloto de concentración de almacenes físicos empezando por la zona de Levante: Alicante, Castellón, Valencia y Murcia en una única delegación. 

Surgen las preguntas: ¿dónde situar el nuevo almacén?, ¿qué nivel de stock será necesario?, ¿cómo gestionar el nuevo almacén?, ¿cómo organizar el reparto multiprovincial: medios propios o medios ajenos?, ¿vía operador logístico o distribución sin stock?... Una serie de cuestiones que afectan a la línea de flotación de la empresa y cuya temática excede a más de un departamento. Y aquí interviene la logística. Por eso se dice en ocasiones que la logística es la última frontera. Es un saber organizarse, coordinar departamentos, pensar en global..., para dar calidad y reducir costos: stock, tráfico, etc. 

Cada empresa es un mundo y la logística es una ciencia y un conjunto de técnicas relativamente joven. Tiene un cuerpo de doctrina y unas técnicas asociadas, en proceso continuo de mejora, pero tiene también algo de artesanía ya que la solución para una empresa quizás no le conviene a otra. ¿Qué tiene en común un productor de alimentos congelados, con una industria de electrodomésticos, de electrónica o con una empresa del sector textil o con un fabricante de colchones? Son diferentes, es cierto, pero tienen una problemática común de eficacia, almacenaje, stock, distribución..., aunque la resolución de estos temas requiera técnicas y organización en parte similares y en parte diferentes.

Y, desde luego, tiene mucho de sentido común. Para cualquier solución logística a un planteamiento, grande o pequeño, hay que saber discernir, presentar dos o tres alternativas, balancear eficacia, eficiencia y costo. La inversión, con ser fundamental, no lo es todo. Si una empresa está desorganizada, es un ligero caos, e invierte en informática, hardware y software, pero no en organización, no solucionará el problema, ahora tendrá el mismo caos informatizado.

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