ACERCAMIENTOS AL HUMANISMO EN LA INGENIERÍA
Introducción
Radovan Richta en su libro Revolución TécnicoCientífica escribió acerca la –que podemos identificar como la revolución de la ingeniería en el período analizado– con lo que llamó poderosamente la atención, especialmente en sus consecuencias (Richta, 1970). En tal sentido Richta llegó a la conclusión, perfectamente justificada, de que la civilización está en una encrucijada. Aspectos similares también han sido analizados por el Club de Roma, en algunas de las reuniones mundiales dedicadas a este tema, y recientemente también han sido discutidas y actualizadas por la escuela americana World Watch Institute y Earth Policy Institute, que presentaron en el libro llamado Plan B 2.0, (Brown, 2006).
Todas estas preocupaciones hacen hincapié en la idea de que existe un fuerte conflicto entre el desarrollo de la ingeniería y el medio ambiente, con efectos negativos sobre los recursos naturales, las materias primas, la energía y los alimentos. También se subraya el aspecto de que el consumo de los recursos regenerativos se hace a un ritmo que supera su capacidad de regeneración. Estamos hablando de una crisis que, en la actualidad, es preocupante, y que determinó a que Brown lanzara la idea del “desarrollo sostenible” como una solución relacionada con el medio ambiente, lo económico, lo social, el consumo y lo cultural. Esta idea también ha sido tratada a nivel mundial por otros autores, como Francis Fukuyama, cuyas conclusiones generalmente son alarmantes: la diferencia entre ricos y pobres en el planeta es el problema más destacado en el comienzo del tercer milenio (Fukuyama, 1992). A veces aparecen efectos que no pueden ser controlados, como los conflictos políticos, económicos y sociales, que pueden afectar la estabilidad internacional especialmente en las circunstancias de la globalización general.
El club de Praga, que apareció en 2006, continúa las ideas de Richta pero las adapta a la situación del mundo actual. Consiste de un foro que tiene tareas complementarias y específicas, principalmente para los países de Europa Oriental, debido a los bien conocidos acontecimientos políticos en esta zona, y a que esos países pasan por diferentes fases de transición: desde sistemas de estado socio económicos hasta economías de mercado. Tienen muchos y graves problemas que necesitan ser resueltos; problemas que son comunes a muchos otros países del planeta.
En este trabajo, mediante una serie de acercamientos, nos proponemos mostrar que la encrucijada de la actual civilización no se debe a la Ingeniería y sus productos, ya que es su pilar y motor básicos, sino a factores externos a sus procesos y creaciones.
Primer Acercamiento
Comencemos este enfoque aceptando una de las muchas definiciones de ingeniería, por ejemplo: “representa la intersección entre el saber y el hacer, siendo uno de los factores más importantes en la historia de la humanidad” (Pana, 2000). Al igual que otros autores, como (Johanek, 1995) y (Crisan, 1980), consideramos a la ingeniería como un sistema con todos sus aspectos relacionados. La ingeniería puede apreciarse como la respuesta a dos factores básicos e interdependientes: el que representa lo material, el alcance económico, el mercado con sus mecanismos respectivos y las políticas gubernamentales; y el que resulta de explorar el espíritu de sus creadores como resultado de su virtuosismo; impulsos humanos que se encuentran en otros campos de la creación como la pintura, la poesía, la música y muchos otros.
El sistema en sí incluye las tecnologías y la cultura de una sociedad en un determinado período, y podría describirse como un subsistema social, esencial y decisivo para el progreso. La ingeniería asegura la objetividad de la verdad en la ciencia, determinando al mismo tiempo su propulsión. A veces, tiene un impacto esencial en aspectos sociales como lo socio-económico, lo cultural y lo político, siendo muy importante en la definición de un cierto nivel de civilización. No se pueden analizar separadamente de la preocupación filosófica, con la que está relacionada de manera interdependiente.
La cuestión que se plantea es acerca de si la ingeniería tiene o no carácter humanístico. Creemos que la respuesta es afirmativa, para lo que partimos de la motivación del acto de creación ingenieril: “el ser humano es el creador de la ingeniería y su beneficiario al mismo tiempo”. La ingeniería le ofrece la posibilidad de adaptarse al medio ambiente así como la de modificarlo de acuerdo con sus propias necesidades, con el fin de asegurar su supervivencia, alimento y cobijo, así como su vida espiritual y la posibilidad de conservar y perpetuar la especie.
Segundo Acercamiento
De acuerdo con Benjamin Franklin (Subbarayappa, 2006), el ser humano es un “animal fabricador de herramientas”, pero lo que lo hace diferente de los otros seres es el aspecto consciente de sus actos. Los seres humanos anticipan la utilidad de sus actos, las modalidades de realización, y los tienen en cuenta para perfeccionar los productos creados por ellos mismos, y los humaniza, en general, incluyendo también al medio ambiente. Este hecho se sustenta también por sus preocupaciones estéticas de creación “utile dulci”, mencionadas por el poeta latino Horacio (Moldovan, Saramet, & Saramet, 1988), para garantizar una cierta armonía. Todos estos pueden ser aspectos específicos a una determinada época, quizá a una etnia, nacionalidad, a cierta moral o incluso a algunas creencias políticas de una sociedad a la que pertenece el ser humano.Durante muchos siglos, el ser humano mantuvo a la tecnología combinada con las artes, tanto en sus actividades productivas como en la formación de los artesanos, en las escuelas llamadas de arte y comercio, que aún existen hoy en día y que en Francia se les llamaba escuelas de arte y oficios. Esta preocupación de los seres humanos está integrada en la esfera de los valores culturales (Willard, 1997), y así la ingeniería se ha impuesto en la conciencia social como un componente esencial de la cultura. Las creaciones técnicas y sus aplicaciones demuestran el ingenio creativo y consiente de la especie humana, por lo que es posible concluir que, junto con los desarrollo ingenieriles realizados por ella, el ser humano ha pasado a través de los aspectos del homo faber, el homo sapiens, el homo socialis, el homo poeta y, en la actualidad, el homo informationalis (Abell & Oxbrow, 2002). Todos estos aspectos son específicos de una actividad humanizante en relación con su entorno, es decir, de lograr lo que llamamos civilización. Cuanto más desarrollada y floreciente la civilización, más valiosos son sus valores espirituales.
Podemos generalizar la idea de que la ingeniería creada por los seres humanos, y el entorno artificial que ha construido, obviamente también representan un acto cultural, como lo subraya Heidegger (Biemel, 1996): “La creación técnica del ser humano se une a los otros componentes de la cultura espiritual como las artes visuales, el teatro, la música, la literatura, etc.”. Los objetos de su creación técnica le dan satisfacciones similares, en este caso el ser humano tiene el privilegio de una mayor frecuencia o incluso de un contacto más permanente con ellos. No es casualidad que Johanek (Hubka, 1987) titulara su libro, acerca del aparentemente árido campo de la construcción de maquinaria, de manera sugerente: “Technical Aesthetic and Product Culture in Machine Building”; y que Dietz et al, caracterizaran al diseño industrial más bien como una forma de humanismo tecnológico (Dietz, Rosa, & York, 2009).
Tercer Acercamiento
Refiriéndonos estrictamente a la ingeniería, es evidente que en la concepción y en las fases de los proyectos, la preocupación por los aspectos antes mencionados es obligatoria, así como por los de carácter económico. Del mismo modo, al aplicar en la ingeniería los contenidos científicos, surge otro aspecto de las preocupaciones humanas que tiene por objeto la totalidad de su creación como un sistema, al igual que sus subsistemas.
La complejidad de la ingeniería en la fase de producción industrial, analizada en el libro Civilization at the Crossroads: social and human implications of the scientific and technological revolution (Richta, 1970), también se refiere a la preocupación por la responsabilidad del acto técnico de la creación. Este acto, considerado stricto sensu, implica las actitudes éticas y morales de quien lo realiza, lo mismo que para quienes participan en la ingeniería. En este caso, el objetivo final de la actividad es la máxima satisfacción de la exigencia humana, que no puede alcanzarse por una resolución apresurada o con medidas a medias, lo que es aún más grave. Los creadores de ingeniería deben saber que sus productos tienen un tiempo limitado de vida, que tienen que funcionar bien y garantizar la seguridad necesaria. Para lograr ese objetivo, están obligados a conocer y utilizar los datos y métodos ofrecidos reciente y continuamente por la ciencia; tendrán que usar materiales y técnicas adecuadas, optimizar costos, y cumplir los plazos de entrega; además de mitigar los problemas ambientales que surgen por el uso, por ejemplo, con tecnologías limpias.
Es necesario tener en cuenta los métodos de optimización para la ingeniería y sus subsistemas mediante la utilización de modernas técnicas de cálculo. A veces es necesario encontrar la solución óptima utilizando la simulación funcional de los productos en prototipos o con técnicas de modelización, que necesitan métodos modernos de investigación basados en métricas precisas. Estos aspectos hacen parte tanto de la conducta ética de los creadores como de la de los diseñadores de productos industriales (Moldovan, Saramet, & Saramet, 1988). Ellos tienen que evitar los aspectos inciertos, el disimulo o el engaño, el ocultamiento de algunos componentes de peligro o la depreciación física o moral de los productos. Todos representan un acto de fraude moral que se considera inhumano.
Las personas involucradas en la ingeniería deben estar plenamente informadas y conocer las tendencias actuales, ya que es bien sabido que la información tecnológica no dura mucho tiempo, y que la nueva información sustituye a la antigua constantemente. El papel de la información en la ingeniería moderna es esencial, desde el punto de vista de su cantidad y calidad, y también por la velocidad a la que se transmite en un sistema o entre sistemas.
El uso de bases de datos y su transmisión por Internet, intranet, etc. mejora, esencialmente, el período de elaboración-contribución de la nueva ingeniería. La preocupación científica por la investigación y el desarrollo tiene una contribución esencial a la generación y transmisión de la nueva información científica. Es obvio que un uso adecuado, económico, social y otros, de la información, también serán beneficiosos para la humanidad. Lamentablemente, la información de la ingeniería también puede ser manipulada, cambiando incluso su mensaje original. Esto ocurre cuando los intereses individuales o grupales, privados e incluso estatales se interponen, por lo que aparecen contradicciones directas con los principios de la ética, la moral y el humanismo. Actualmente podemos ser testigos de fraudes en la información en virtud de diversas formas, tales como practicar competencia desleal, e incluso utilizándolos en contra de los intereses sociales de la humanidad.
Cuarto Acercamiento
Sabemos que los productos tienen un ciclo de vida que comienza con la aparición de las ideas y su creación, seguida por el desarrollo y la maduración, y que termina con la saturación. La última fase tiene importantes implicaciones sociales y económicas cuando los productos alcanzan su límite, junto con la ingeniería a la que pertenecen, y que no pueden superar dichos límites ya que se convertirían en deficientes. Esta crisis tecnológica se puede resolver sólo con una ingeniería más eficiente, y basada en los nuevos principios. Una situación como ésta ocurrió, por ejemplo, con el valor decreciente de la ingeniería basada en los principios mecánicoeléctricos que dominaron el siglo pasado. Principios que fueron sustituidos por ingeniería con base en la mecatrónica, cuyas áreas dominantes son las tecnologías informáticas, la inteligencia artificial con aplicación en robots, la ciencia de los materiales, además de la preocupación por nuevas y más eficientes formas de la energía, etc.Conocemos de la actitud del Club de Roma (Brown, 2006) desde cuando hizo sonar la alarma de los efectos sociales negativos del desarrollo tecnológico, comenzando con la llamada microelectrónica (Whitfield, Rosa, Dan, & Dietz, 2008), y en la que sugería un nivel de crecimiento cero en lo humano. Posteriormente apareció la crisis del petróleo, junto con la expansión de las tendencias de la globalización y la corriente orientada hacia un estado constante de creación y de negociación intensa, conocida como endism; lo que se manifestó en un pesimismo generado por la crisis que produjeron. Todo esto afecta en gran medida a la humanidad y a la civilización, y demuestra que lo que describe Richta (Richta, 1970) tiene mucho sentido. Todos estos acontecimientos posibilitaron la aparición de los debates en torno al fin de la historia, la ideología, el Estado-Nación, la autoridad, el espacio público e incluso en lo político (Gamble, 2001). Para muchos todas estas ideas son dubitativas.
La crisis tecnológica puede ser resuelta, con el tiempo, pero ocasionalmente puede tener un carácter catastrófico acompañado por una alta mutación de la ingeniería, lo que repercutirá negativamente en la sociedad: puede afectar la organización del trabajo y a las empresas, al consumo, e incluso a las formas de organización política del Estado. La globalización y la propagación lenta de la información pueden contribuir a la intensificación de esos efectos negativos.
La crisis del petróleo en 1973, recientemente la del gas y en general la crisis energética, pueden tener este tipo de efecto negativo. Obviamente, la implicación humana en estas situaciones, con sus consecuencias sociales y económicas, puede ser muy amplia y difícil de resolver. Situaciones como el desempleo, la inseguridad social y, en general, la disminución de la calidad de vida, deben ser resueltas por los administradores, los políticos, los hombres de Estado y las políticas gubernamentales. Ellos tienen que predecir la crisis, objetivo que puede ser posible si existiera una preocupación e interés por determinar las modificaciones necesarias de la ingeniería, algunas de las cuales son de carácter esencial. La calidad de vida, los materiales humanos fundamentales y las necesidades espirituales, tienen que estar en el centro de la preocupación de todos los factores implicados en la gestión de la ingeniería. Como puede apreciarse, actualmente existen casos en los que las soluciones políticas adoptadas pueden tener un carácter inmoral, contrario a los principios humanistas, y que están determinadas por intereses individuales o grupales contrarios, que utilizan a la ingeniería como instrumento de dominación social en beneficio de las minorías oligárquicas. Los aspectos sociales ocupan un lugar secundario, a veces sometidos por la presión de los eventos, lo que sorprende a la sociedad.
Quinto Acercamiento
La historia de la humanidad demuestra que el ser humano ha utilizado la ingeniería de manera destructiva, como la energía atómica que produce daños incalculables cuando se utiliza deliberadamente como un arma, o cuando, debido a la negligencia, suceden acontecimientos como el de Chernobyl (Lasfargue, 1990). En las democracias auténticas cada situación generada por intenciones políticas generalmente es castigada por los electores. El problema que empeora la situación, políticamente hablando, es que la arbitrariedad domina, los aspectos democráticos son negligentes, incluso ausentes, por ejemplo en la ideología totalitaria.La sociedad puede interferir con su poder de decisión para corregir el desarrollo de la ingeniería, directamente para el beneficio de la humanidad, mediante acciones que puedan aparecer como obligatorias: leyes, estándares estatales, normas, etc.; también intensificando las acciones culturales, incluyendo los procesos instructivo-educativos desarrollados en las escuelas. No podemos descuidar el papel de la familia, el entorno social y los medios masivos de comunicación. La educación, en un sentido amplio, debe direccionarse a la mayoría de los miembros de la sociedad, pero principalmente a las personas que tienen el poder político. Es importante que todos, especialmente el público en general, puedan asimilar y utilizar al máximo la oferta material y espiritual de la sociedad en una continua evolución. Todos los seres humanos, creadores y beneficiarios de la ingeniería, deben tener una contribución positiva y activa.
La solución a estos problemas requiere de preocupaciones de optimización que estén disponibles para la ingeniería y sus subsistemas informáticos relacionados, que deben tener como primera función el objetivo de optimizar, en general, la utilidad.
Hace décadas, los creadores de ingeniería eran considerados superhombres (Crisan, 1980), capaces de asegurarle a los seres humanos el confort: automóvil, electricidad, televisión, teléfono, computadores, equipamiento de hogar, etc., lo que contribuyó, entre otras cosas al final del segundo milenio, a duplicar el tiempo de vida de los seres humanos. Ahora mismo, los superhombres, comienzan a ser como aprendices de brujo: incapaces de controlar las fuerzas que han producido.
Sexto Acercamiento
Los creadores de ingeniería se hacen responsables por la contaminación, las armas de destrucción masiva, los problemas de la electricidad, embotellamientos de tránsito, etc. (Foster & Brett, 2008), pero, al mismo tiempo, algunas tecnologías comienzan a verse con prudencia, ya que pueden afectar negativamente a la humanidad; tal es el caso de la manipulación genética -los clones, la manipulación artificial y controlada de las especies-, la cultura industrial de los vegetales e incluso la excesiva automatización de suelos artificiales, etc. Algunos de ellos, por efectos similares, posiblemente puedan generar situaciones como el síndrome de Chernobyl (ibíd.)
La pregunta que surge es si la ingeniería es culpable de estas consecuencias. De las anteriores ideas, es obvio que los resultados del acto de creación de la ingeniería tienen un carácter profundamente humanista. Que se hayan salido de esta tendencia no se debe a la verdad en la que se construye, es debido a los factores bajo los que se utilizaron los resultados de las actividades de los creadores, a veces políticos y de sistemas estatales, actores que poseen los medios materiales. Filosóficamente hablando la ingeniería no va más allá de la conciencia, sino que está a su servicio.
La solución a este problema está en manos de los miembros de la sociedad y de las asociaciones civiles, quienes deben ejercer control a los fenómenos que pueden influenciar su situación general y de los factores políticos, capaces de asegurar el futuro de la humanidad. Deberían oponerse a la actual globalización, con sus dudosos efectos económicos y sociales, y ser capaces de defender los intereses humanos de las consecuencias negativas ya enumeradas.
Los métodos de producción deben respetar el medio ambiente y a los seres humanos, y permitirle a todos los ciudadanos satisfacer sus necesidades fundamentales: comida, ropa, educación, trabajo, y la posibilidad de vivir en un ambiente sano (Brown, 2006). También es necesario exigir la existencia de algunos códigos tecnológicos, éticos y profesionales mediante los cuales, los especialistas de los diferentes campos, estén obligados a utilizar sus competencias para garantizar el buen estado de la humanidad, y mejorar las condiciones culturales de vida. A partir de estos códigos, a los que los creadores de ingeniería no pueden renunciar, será posible evaluar las consecuencias sociales, económicas y ecológicas de sus productos. También se les debe obligar a informar y advertir eficiente y oportunamente acerca de los factores decisivos y de algunos efectos negativos, que pueden aparecer por el uso de los resultados de su trabajo.
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