COSTOS Y PROBLEMAS DE LA CORROSIÓN EN ESCALA INDUSTRIAL

 COSTOS Y PROBLEMAS DE LA CORROSIÓN EN ESCALA INDUSTRIAL


El psicoanálisis y corrosión tienen algo en común: el primer paso hacia el éxito en el tratamiento es reconocer que existe un problema, y el segundo... tener dinero para afrontar los costos asociados. 

Específicamente en el caso de los procesos corrosivos, una vez identificado el villano, y ya dispuestos a combatir al enemigo, es importante contar con el presupuesto adecuado. Ninguna lucha es gratis. 

Pero en muchas ocasiones, el primer escollo a salvar es reconocer que enfrentamos a un enemigo y disponernos a darle combate. El grado de conciencia que cada uno de nosotros tiene respecto a cómo y en qué medida los problemas de corrosión afectan nuestra vida cotidiana no es igual para todos. Dependiendo de la actividad que desarrollemos, algunos de nosotros estaremos más atentos o más entrenados para reconocerlo que otros. 

Aunque no siempre los percibamos, los daños por corrosión han sido la fuente de serios problemas sociales. Las fallas que se producen en los sistemas de transporte de gas, agua y electricidad, en las cañerías por donde circulan fluidos para calefacción o refrigeración o en componentes que afectan las comunicaciones, son todos ejemplos de sucesos que impactan negativamente sobre la calidad de vida de grandes segmentos de la población, afectando a barrios, ciudades o países enteros. 

En ocasiones, cuando el daño es particularmente severo o sus consecuencias son muy impactantes, podemos encontrar casos de corrosión que aparecen publicados en los medios masivos de comunicación. Estas situaciones habitualmente reflejan una falla grave. Por ejemplo, podemos encontrarnos con que un puente sobre alguna autopista ha colapsado por ataque corrosivo del acero de refuerzo en el hormigón armado o porque se han atacado los tensores o los medios de sujeción si se trata de un puente colgante. Otro caso que suele ser noticia es el derrumbe de balcones en voladizo, también consecuencia frecuente de problemas de corrosión en el acero de construcción. Podemos enterarnos por los diarios del colapso de alguna torre de transmisión que produce cortes en el suministro eléctrico, o sobrecargas en la red de transporte de energía. También puede llegarnos a través del noticiero un derrame de crudo producido por una fisura en un oleoducto. Vemos también con más frecuencia de la que nos gustaría un accidente en un parque de diversiones o en los juegos de una plaza, producido por una falla en los materiales. Y la lista podría continuar ya que son muchos los problemas graves originados por el fenómeno de la corrosión. 

Los efectos de la corrosión en nuestra vida diaria pueden subdividirse entre los que se consideran directos y los que son indirectos.
  • Los efectos directos son aquellos que afectan la vida útil de nuestros bienes y que pueden perjudicar su servicio o condiciones de operación, a veces en tal grado que en un caso extremo nos vemos obligados a sustituirlos por bienes nuevos. 
  • Los costos indirectos de la corrosión incluyen algunos aspectos económicos, pero también costos asociados a problemáticas ecológicas y sociales.
Para marcar la diferencia con un ejemplo sencillo, pensemos en la puerta de un auto que haya sufrido un ataque corrosivo. Llegado el punto en que decidamos reemplazarla, el costo directo incluirá el valor de una puerta nueva y la mano de obra del taller de chapa y pintura. Los costos indirectos están asociados a los que demanden la adopción de una forma diferente de transporte (taxi, ómnibus u otro). También habrá ciertos perjuicios sobre nuestra calidad de vida, dado que una forma alternativa de trasporte seguramente influirá negativamente sobre nuestro presupuesto o bien nos insumirá más tiempo (que restará al que empleamos para el ocio, el descanso, la familia o para realizar actividades recreativas). Es posible que debamos modificar algunos hábitos, como podría ser la visita semanal al hipermercado, debiendo optar por las compras en el almacén del barrio que pueden hacernos gastar más u obligarnos a usar más dinero en efectivo. Y no podemos olvidar el daño al medioambiente, asociado a la chatarra generada por la puerta deteriorada que terminará arrumbada en algún desarmadero de autos. Muchas veces, son los costos indirectos a los que se considera básicamente responsables de la creciente toma de conciencia del problema de la corrosión.

Los costos indirectos pueden llegar a ser bastante más altos que los directos, particularmente cuando una falla se hace pública y perjudica la imagen comercial de una empresa importante o cuando conlleva daños ambientales. Por ejemplo, el 18 de noviembre de 2002, el buque petrolero "Prestige" navegó con una grieta de 40 metros en su casco y como resultado, entre 12.000 y 15.000 toneladas de combustible fueron vertidos al mar. Finalmente el buque se partió en dos, a 133 millas del cabo Fisterra (al NO de España), y se hundió con 77.000 toneladas de fueloil en sus tanques. Transportaba un combustible del tipo pesado, por su alto contenido en azufre. Su hundimiento provocó un enorme desastre ecológico, ya que se calcula que unas 64.000 toneladas de combustible fueron derramadas al mar, afectando a unos 900 km de costa en el norte de España y sudoeste de Francia con sucesivas mareas negras. La aparición de fisuras en el casco hizo emerger el crudo a la superficie y provocó la aparición de nuevas grietas por efecto de la presión. Si bien se realizó un importante y costoso operativo de limpieza y recuperación, se causó un daño irreparable al ecosistema marino. La presencia continua de este tema en la prensa en los días que siguieron al accidente tuvo un fuerte impacto en la opinión pública.

PROBLEMAS Y COSTOS EN ESCALA INDUSTRIAL 

Entre todos los problemas que pueden estar originados en procesos de corrosión, los que ocurren en las plantas industriales (como las de generación de energía eléctrica o de procesos químicos o metalúrgicos) ocupan los primeros puestos en la lista de problemas graves. Una falla puede hacer que sea necesaria una inhabilitación parcial o total de estas plantas (lo que se llama una parada de planta no programada). En estos casos, las consecuencias indirectas son muchas y los efectos económicos son importantes. Algunas de ellas se asocian con el material, pieza o cañería afectada:
  • •Reemplazo de la parte corroída. 
  • Análisis de falla y rediseño para prevenir la repetición del caso
  • Mantenimiento preventivo de la pieza de reemplazo 
  • Necesidad de parar el equipo, la línea de producción o incluso de la planta completa, debido a las fallas por corrosión 
  • Eventual contaminación de un producto final o de algún intermediario del proceso productivo
Siguiendo con los costos indirectos, también los efectos sociales pueden ser severos:
  • El lucro cesante: se denomina así al conjunto de costos asociados a mantener una planta que no está operativa (hay que pagar los salarios pero no hay producción para vender), así como los problemas de mercado que pueden generar la falta de abastecimiento a los clientes y las potenciales ventas perdidas, junto con el mercado que ganará un competidor para cubrir la demanda no satisfecha. 
  • Pueden ocurrir accidentes que pongan en riesgo la integridad física de operarios y personal de planta, por ejemplo cuando la falla puede ser responsable de incendios, explosiones o colapso de andamios u otras construcciones. Si hay involucradas fugas de productos tóxicos, el accidente puede quedar circunscripto a la planta en cuestión o afectar también el entorno, dependiendo del caso concreto. 
  • Puede verse comprometida la salud del usuario final del producto que se procesa. Tal es el caso cuando hay posible contaminación debido a pérdidas en equipos o tuberías corroídos, así como también el propio producto de corrosión puede actuar como contaminante. 
  • Se hace un mal uso de los recursos naturales, como los metales y combustibles empleados para manufacturar la pieza que terminará siendo chatarra. 
  • Como el material corroído no presenta buena apariencia, el producto final puede perder valor comercial. 
  • Es posible que se vea afectada la imagen comercial de la marca.
Por supuesto, todos los efectos que hemos denominado “sociales” también tienen que ver con la economía. Es por eso que hay muchas razones para buscar alternativas para controlar la corrosión. Así las cosas, cuando se hace la evaluación económica de proyectos donde el riesgo de corrosión no puede ser desconocido, hay que considerar un horizonte de tiempo extenso para tomar decisiones acertadas. Es frecuente que al realizar el análisis económico de proyectos nuevos se cometa el error de comparar solamente el costo inicial de los componentes metálicos involucrados, sin tomar en consideración ni contrastar el total su vida útil.



Internacional. NACE International publicó el estudio "Medidas Internacionales de Prevención, Aplicación y Economía de la Tecnología de la Corrosión (Impacto)" en el que se estima que el costo global de la corrosión es de US$2,5 billones, cifra equivalente a aproximadamente al 3,4% del producto interior bruto mundial (PIB).

El estudio global de dos años se presentó en la conferencia Corrosion 2016 en Vancouver, Canadá, y examina los aspectos económicos de la corrosión y el papel de la gestión de la corrosión en el es

tablecimiento de mejores prácticas en la industria.

El estudio reveló que la aplicación de las mejores prácticas en prevención de la corrosión podría resultar en ahorros globales de entre el 15 y el 35% del costo de los daños, o lo que es lo mismo un ahorro de entre US$375 mil y US$875 mil millones.

-El estudio Impacto, refuerza lo que los últimos titulares han venido demostrando: es necesario que haya un cambio en cómo se toman las decisiones sobre la corrosión", dijo Bob Chalker, CEO en NACE International. “Ya se trate de una tubería, un avión, una planta de tratamiento de aguas o un puente de una autopista, la prevención y el control de la corrosión es esencial para evitar sucesos catastróficos antes de que sea demasiado tarde".

"Impacto" también incluye un caso de estudio sobre la gestión de la corrosión dentro de la industria del automóvil (en el cual se descubrió un ahorro de US$9,6 mil millones, lo que es igual al 52% anual en 1999 en comparación con 1975. "Mirando el éxito dentro de la industria automovilística, las decisiones sobre la prevención de la corrosión se tomaron en los más altos.

El estudio termina dando una serie de recomendaciones a implementar, como estrategia, para prevenir los gastos asociados a la corrosión:
  • Crear conciencia de los significativos costos de la corrosión y los potenciales ahorros.
  • Cambiar el concepto erróneo que nada se puede hacer respecto a la corrosión.
  • Cambiar las políticas, regulaciones, normativas y prácticas para incrementar los ahorros en corrosión a través de un manejo sólido de la corrosión.
  • Mejorar la educación y capacitación del personal en el reconocimiento de los controles contra la corrosión.
  • Implementar prácticas de diseño avanzadas para mejorar el manejo de la corrosión.
  • Desarrollar métodos de predicción de vida y evaluación del desempeño.
  • Mejorar la tecnología contra la corrosión a través de la investigación, desarrollo e implementación.

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