CUIDADOS Y MANTENIMIENTO DE LA CARROCERÍA

CUIDADOS Y MANTENIMIENTO DE LA CARROCERÍA


La seguridad y longevidad de la carrocería depende en gran manera de su resistencia a la corrosión, para lo cual hay que evitar acumulaciones de humedad, especialmente en zonas próximas al mar, haciendo una limpieza a fondo, sobre todo de los bajos. 

Para dar lustre a la carrocería deben emplearse productos que no contengan abrasivos. 

Hay que mirar posibles zonas de retención de suciedad, esquinas, etc. donde se pueda concentrar la humedad. En los bajos, pasos de rueda y faldones son puntos a revisar por el posible depósito de gravilla. 

Los bastidores adoptan distintas formas para conseguir ligereza e indeformabilidad. Cuando se produce un gran esfuerzo en una rueda, por ejemplo, un golpe al paso del vehículo por una desigualdad del terreno, si la flexibilidad del sistema de suspensión no puede absorber este golpe, aparece la deformación del bastidor. En las condiciones normales de trabajo para las que el vehículo fue diseñado, las deformaciones desaparecerán; sin embargo, si éstas se sobrepasan (exceso de carga, uso inadecuado de su función o fuerzas externas por accidente), las deformaciones se convertirán en permanentes y se hace necesaria la reparación. 

Las deformaciones permanentes que pueden presentar los bastidores dañados son: 

  • Deformación vertical por exceso de carga. 
  • Deformación lateral por impactos laterales o diagonales. 
  • Desplazamiento diagonal. 
  • Bastidor torsionado; cuando las huellas de los neumáticos de un mismo lado no son paralelas. 
La presencia de grietas y descascarillados en la pintura revelan la existencia de deformaciones locales en el material que sirve de soporte.

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