EL AUTOMÓVIL. GENERALIDADES Y ESTRUCTURA DE CONSTRUCCIÓN
Desde el interior, la seguridad pasiva del habitáculo trata de proteger a los ocupantes, minimizando las fuerzas y aceleraciones que actúan en caso de accidente. No deben existir objetos puntiagudos ni esquinas ni cantos en el interior de la cabina.
La cabina debe resistir tanto la deformación lateral como la superior, que se pueden producir en caso de vuelco, y reducir el desplazamiento de las piezas que pueden invadir el habitáculo. Así mismo debe ir equipado con los sistemas de retención más eficaces, es decir, cinturones de seguridad y airbag.
Deben tener tres puntos de fijación al asiento y a la estructura de construcción de la cabina. El funcionamiento del mismo debe permitir el desenrollamiento fácil y, a través de un muelle recuperador, que se tense sobre el cuerpo. También, una vez suelto, debe enrollarse rápidamente.
Si se frena bruscamente, se activa el bloqueo del cinturón y el cuerpo se mantiene, en lo posible, sujeto al asiento por efecto del tensor. El bloqueo lo produce un mecanismo mecánico o uno pirotécnico en función del proceso de deceleración del vehículo.
Es una bolsa que se infla con un gas cuando la deceleración es tan grande que el conductor podría chocar contra el volante del vehículo. El inflado se realiza en milisegundos a través de la presión del gas generado por una carga pirotécnica encapsulada en un compartimento especial situado en el centro del volante.
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