CLIMATIZACIÓN DE UNA SALA BLANCA

  CLIMATIZACIÓN DE UNA SALA BLANCA


La climatización de las salas blancas es de los aspectos que requieren una atención máxima si se quiere garantizar la máxima operatividad de las mismas. 

El control de la temperatura y la humedad en estos espacios es clave y para ello el tratamiento del aire debe ajustarse a las condiciones y medidas de las salas creando un barrido de aire que ayude a la purificación de la zona. Mediante sistemas de climatización centralizados o distribuidos se controla la temperatura y humedad para conseguir un buen confort, número de renovaciones necesarias por hora y un mínimo consumo. 

Los sistemas más empleados son mediante bombas de calor o intercambiadores con circulación de vapor, agua (fría/caliente) o expansión directa y sistemas de humidificación o deshumidificación. 

El conjunto de los circuitos aeroáulicos se realizan con conductos debidamente sellados, aislados térmicamente y siempre que sea necesario, con sistemas de cierre estanco para aislamiento de las zonas durante el proceso de esterilización. 

Una de las características más interesantes y más difícil de cumplir es la de disponer de un régimen laminar en el flujo de aire que viene de techo hasta las aspiraciones del suelo. 

Para eso debemos medir con mucha precisión la presión que hay en los conductos antes de los difusores de aire, ya que al existir gran cantidad de filtros para capturar todo tipo de impurezas del aire y eso hace que la señal captada por los manómetros diferenciales sea enviada a los variadores de frecuencia para adaptar la velocidad de la impulsión del aire al estado de los filtros del sistema.


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