LA GESTIÓN DE LOS ALMACENES DE DISTRIBUCIÓN

 LA GESTIÓN DE LOS ALMACENES DE DISTRIBUCIÓN


Otra clasificación, que por su importancia trataremos por separado, se refiere al modelo de gestión de las reposiciones de cada almacén de la red logística. Esta clasificación corresponde a: 
  • Gestión tipo pull o de “extracción”; en estos casos cada almacén de la red logística es autónomo en su gestión y efectúa los pedidos de reposición en el momento y por la cantidad que le parece oportuno. Por tanto, los niveles de stock de seguridad, los puntos de pedido, las previsiones de la demanda y otras variables son competencia de cada almacén. 
  • Gestión tipo push o de “empuje”; la gestión de varios almacenes se centraliza en uno de ellos, que por lógica tendrá una importancia comparativamente mayor dentro de la red. Es el almacén central el que determina las políticas de abastecimiento de los que de él dependen. 
Cada método tiene sus ventajas e inconvenientes, en el caso de la gestión pull la mayor autonomía permite una mejor adaptación de los costes de los inventarios a la realidad de la distribución en la zona a la que pertenece. Por el contrario supone trasladar toda la variación de la demanda de cada almacén a los almacenes centrales, que recibe aleatoriamente en cantidad y momento las peticiones de los almacenes dependientes. 

Esto hace que el control del stocks del almacén central sea más difícil, lo que conduce a unos mayores niveles de inventarios para suplir está gestión ineficiente. Las variables -no estratégicas- que se controlan en los almacenes de distribución, cualquiera que sea el método de gestión, son. 

Nivel de stocks cíclicos y stocks de seguridad. 
  • Control de las reposiciones: puntos de reposición, tiempos de revisión y tiempos de suministro. 
  • Amplitud del surtido de los productos (tipos de producto y variedades) 
  • Localización geográfica del surtido.




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