LA METROLOGÍA DEL SIGLO XXI

 LA METROLOGÍA DEL SIGLO XXI


La Metrología, como hemos visto hasta aquí, es tan antigua como la propia humanidad y se ha desarrollado en función de las necesidades de la sociedad en cada época. 

En la actualidad, las áreas tradicionales de la industria han evolucionado hacia una mayor complejidad, requiriendo tolerancias de fabricación más exigentes y rangos de medida más amplios con menores incertidumbres; por otro lado, han surgido nuevas áreas tecnológicas, tales como la nanotecnología y la biotecnología, al tiempo que áreas que no son nuevas en sí mismas, como la química, la medicina y la seguridad alimentaria requieren importantes aportaciones de la metrología. Sin embargo, para que se produzca un efectivo progreso en dichas áreas se requiere un mayor esfuerzo en investigación y desarrollo de patrones y métodos de medida trazables al Sistema Internacional de Unidades, SI y al desarrollo y actualización del propio SI. Existen ciertos factores claves que están induciendo una evolución de la metrología tradicional hacía nuevos horizontes para cubrir demandas que están apareciendo en la sociedad, y entre estos factores podemos señalar los siguientes: 
  • La sociedad actual requiere mediciones que aporten confianza y den los mismos resultados independientemente del lugar de realización. Clave para la intercambiabilidad de piezas y componentes. 
  • La globalización del comercio y de la industria, con la creciente circulación de productos y servicios entre países, genera un aumento del interés por la exactitud y reproducibilidad de los resultados de medida que apoye al desarrollo económico y social. Clave para la economía de libre mercado. 
  • Es necesario contar con un sistema global de medida para la armonización internacional de unidades físicas, normas de productos, procedimientos de calibración, evaluación de incertidumbres, etc. Clave para el desarrollo científico y la transparencia en el comercio. 
Hasta hace poco, la metrología se relacionaba prácticamente solo con la física y la ingeniería. El rápido desarrollo de la tecnología y la necesidad general de mediciones mejores y más fiables ha exigido nuevas demandas a la metrología clásica. En muchos dominios como la metrología dimensional, las medidas eléctricas, ópticas y de presión o el dominio del tiempo y la frecuencia, las exigencias de exactitud se han venido multiplicando, en los últimos cincuenta años, por diez, cada diez o veinte años según el campo. Esta progresión no se está deteniendo, sino que se incrementa, como en el caso de los patrones de tiempo y frecuencia, base de los sistemas de navegación y posicionamiento actuales. 

La metrología está comenzando a explorar nuevas fronteras; es el caso de la denominada «soft-metrology», que tal vez podríamos traducir como metrología de las «sensaciones», centrada en la medida de parámetros asociados a la percepción humana. En esta nueva metrología, el ser humano es considerado como un «transductor», centrándose los trabajos en la creación de escalas, la selección de «expertos» en sensaciones, la definición de sensibilidad, repetibilidad y reproducibilidad y la comparabilidad de métodos. La medida de la utilidad del software o del confort o de la satisfacción del cliente son ejemplos dentro de este campo, sin olvidar el color, gusto u olor, o parámetros econométricos y sociométricos como la imagen o la audiencia. En resumen, el leitmotiv de Galileo sigue presente hoy en día para los metrólogos: hacer medible lo que no se puede medir.



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